viernes, 24 de junio de 2011

Oler los colores

Cerca de mi tejado hay una chica que huele los olores y así los reconoce. Yo había oído hablar de gente que por el sonido diferencia colores y los identifica. Ambas situaciones para los humanos corrientes nos parecen casi imposibles.

Yo me pregunto cómo será oler los colores. A qué olerá el amarillo... ¿qué olor te evoca a ti? ¿Y el rojo o el verde? ¿Y el rosa? ¿Y el morado?

Si nos ponemos a imaginar un poco, si decidimos ampliar nuestra percepción del mundo y nos atrevemos a algo más, hacer este ejercicio de identificar colores con olores, es algo excepcional.

A mi el color rojo, me trae a la memoria el olor de un pedazo de sandía que, un día caluroso de verano, me comí en la escalera de casa de mis abuelos. Hasta hay una foto que atestigua el momento. El verde me huele a hierba recién cortada. El azul quizá a mar... Supongo que son olores y colores comúnmente correspondidos, nada originales.

El caso es que lo que realmente le pasa a mi vecina de tejado es que tiene baja visión, por lo que tiene que acercarse mucho las cosas a los ojos para poder apreciar algunas diferencias, tanto que parece que oliese los objetos, la ropa, la comida...

No voy a hacer una disertación de la discapacidad ni mucho menos, sólo me apetecía, en estos días que están haciendo una intervención a mi vecina para que su visión aumente y tenga una mejor calidad de vida, pues contar un poco de su historia desde mi tejado.

Yo no conozco a mi vecina, me ha hablado de ella, la vecina de mi vecina a la cual sí conozco y ella fue quien me dijo lo bonito que le parecía la idea de oler los colores.

Y por eso no más, por las ideas que otros nos regalan de manera gratuita y sin darse cuenta y por todos aquellos que nos hacen ver y sentir la vida más allá de nuestros sentidos, les regalo en esta noche de San Juan los mejores deseos, segura de que se cumplirán.

Saludos, en mi tejado esta es la noche más larga y fría del año. Me arroparé y tomaré algo caliente. Ya pedí mi deseo.

Buenas noches.


lunes, 9 de mayo de 2011

Un poco de seriedad..

Somos políticos por naturaleza, aunque pasemos de las elecciones y de uno u otro lado, da igual si de derechas o de izquierdas, da igual si estás a favor de los extremos o los medios (teóricamente no da igual, en la práctica está por ver). Pero tarde o temprano terminamos posicionándonos en algún momento de nuestro existir.

Pero bueno, al grano... con los últimos acontecimientos yo tenía sentimientos encontrados y al leer a Leonardo Boff, encontré un poco de orden a lo que pasaba por mi cabeza.

Acá les comparto, por si les pueda interesar.

http://leonardoboff.wordpress.com/2011/05/07/no-se-ha-hecho-justicia-sino-venganza/



lunes, 2 de mayo de 2011

Que viene y va o va y viene...


Donde vivo, no hay persianas. A lo máximo y si tienes suerte, puedes disfrutar de unas cortinas gruesitas y oscuras, que intentan, en la medida de lo posible, retener los rayos de luz diurnos y nocturnos. El caso es que mis cortinas, se han roto, en el cordón que pasa por el riel, creo que le ha hecho un nudo y no va ni pa´lante ni pa´tras. Esto resulta incómodo esos días que quieres estar en la cama hasta un poco más tarde de las siete de la mañana. Sin embargo, en la noche, puede resultar algo placentero.

Hace unas cuantas noches, debido a insomnio selectivo que últimamente padezco, observé un fenómeno raro. Resulta que un faro ilumina mi cuarto en la noche, iluminando la pared sur en un vaivén acompasado. Debe ser un faro, no tiene otra explicación.

Pero... ¿qué hace un faro tierra adentro a casi tres mil metros de altura?

La función principal de un faro es iluminar la noche oscura para dar luz a aquellos que intentan acercarse a las costas. Otra función "iluminadora" consiste en hacer ver a los navegantes dónde están los acantilados más rocosos, dónde el puerto para atracar... Y para los que están en tierra firme pues les regala una visión prolongada del mar, para descubrir posibles piratas o enemigos, que en el refugio de la noche quieran invadir lo ajeno.

Pero... ¿qué pinta un faro en un pequeño pueblito valluno?

Reconozco que nunca me he querido arriesgar y mirar por la ventana para ver dónde está ubicado el faro, no vaya a descubrir que el faro, no es más que una farola haciendo mal contacto.

Prefiero pensar, prefiero creerlo a pies juntillas, prefiero soñar que es un faro que me ayuda a conciliar el sueño... a mí y a cuántos alcancen a verlo. Estoy convencida que ilumina los caminos de la montaña, para aquellos que desde la madrugada bajan desde sus lugares al mercado. Sé, a ciencia cierta, que guía a todos aquellos que se van al trópico a ganarse la vida.

Es lo maravilloso del faro, que su luz es gratis, que su luz es mágica, que su luz alcanza rincones tan escondidos, como un desordenado cuarto habitado por una pasajera en tránsito esperando su barco para partir al próximo destino.